Se conoce como gigantomastia al desarrollo excesivo o exagerado de mamas, lo que lleva a múltiples problemas tanto a nivel físico como psicológico de las mujeres.
“Las mujeres con pechos muy grandes lo pasan mal. Razones hay muchas: durante la adolescencia y juventud el principal problema es psicológico, llegando a desarrollar complejos que alteran su desarrollo social a niveles insospechados para los que no tienen el esta condición”.
Eso es solo una parte de la problemática de las mujeres que sufren de gigantomastia. Si vemos la parte física y salud, comienzan los dolores en la espalda y cuello, que eventualmente termina en deformidades de la columna, la irritación de la piel (que puede llegar a infecciones por hongos), y hasta dificultades respiratorias.
Cuando se habla de una cirugía de reducción mamaria o mamoplastía reductiva, es mucho más que mejorar el aspecto físico, es mejorar la calidad de vida de las mujeres.
En la reducción clásica de mamas, generalmente la paciente busca tanto disminuir el tamaño como levantar las mamas para mejorar su aspecto. Para esto se puede también incluir prótesis mamarias, y es importante que la paciente no tenga subidas y bajas importantes de peso, porque inevitablemente afectará el resultado de la cirugía.
A pesar de que estéticamente esta cirugía no deja cicatrices pequeñas (y la paciente debe estar consciente de esto), la calidad de vida mejora rápidamente; no más dolores musculares, mejora la postura, la respiración y hasta la vida social de la paciente.